Cuidado con tu ego

Correctamente canalizado, el Ego puede servir de combustible para destruir tus propios récords.
Pero al mismo tiempo te hace terriblemente manipulable, como lo demuestra esta anécdota entre De Gaulle y Churchill:
Para nadie es un secreto que De Gaulle y Churchill eran como agua y aceite. Eran como el "Tango y Cash" de la Segunda Guerra Mundial.
El problema es que los dos tenían un Ego del tamaño de sus respectivos países. Cada uno era el líder "bendecido y afortunado", 
Está bien estar plenamente consciente de las propias habilidades, pero otra cosa es enfrascarse en una lucha extraoficial de "¿Quién es el chivo que más mea?"
Una tarde estaba Churchill tranquilo tomando sopa, cuando el mayordomo le anuncia que De Gaulle estaba al teléfono.
El inglés dijo que por nada del mundo iba a dejar de tomar sopa por atender al otro.
No sabemos si De Gaulle tenía las habilidades del Lobo de Wall Street, pero el caso es que consiguió persuadir al mayordomo de que a su vez, convenciera a Churchill de pararse de la mesa.
Diez minutos después, Churchill regresaba literalmente rojo de rabia para terminar su plato.
Cuando pasó al lado de su mayordomo, vociferó:
"Ese De Gaulle... mira que venir a decirme que los franceses le consideran la reencarnación de Juana de Arco..."
Se sentó y continuó:
"Me vi en la necesidad de recordarle que fuimos nosotros los que quemamos a la primera".
Afortunadamente tenían que mantenerse a la altura de las circunstancias. Ese tipo de roces, aunque frecuentes, no iban más allá de una rabieta.
Pero Churchill supo que perdió los estribos.
Es la paradoja del Ego: mientras más alto y grande es, más energías inviertes en defenderlo de los 'ataques' de los demás.
Deja de ser el combustible de tu misión y se convierte en un lastre; un lastre que puede hacer que metas la pata de forma espectacular.
Eso se nota.
Por eso, tus adversarios siempre estarán buscando una oportunidad para resquebrajar tus defensas.
Puede ser el Ego, o tu sensibilidad, o algún trauma de niño o cualquier tipo de inseguridades.
Así que es mejor que tú las identifiques y las resuelvas antes de que otros lo hagan.
La receta más sencilla de todas es: cada vez que tengas una emoción fuerte (positiva o negativa), pregúntate de dónde viene.
Toda raíz de emociones fuertes puede ser usada en tu contra, para provocarte, además de manipularte.
Hay gente que pareciera ser capaz de olerla..


                  Un cordial abrazo 

                Apóstol del servicio 

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